Trajo como resultado el derrumbe de la dinastía despótica de los Zares, con Nicolás II, su último soberano, lo que significó la abolición del sistema absolutista, hasta entonces imperante, a la vez que originó también el establecimiento de un gobierno de carácter comunista, dirigido por un grupo de bolcheviques (partidarios de la doctrina de Karl Marx, de tendencia radical), que tuvo por supremo jefe a Lenin, revolucionario y enérgico político.
El Estado estaba organizado bajo la forma de una República Socialista Federal, dirigida por comités de obreros denominados Soviets.
Vladimir Ilich Lenin |
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